I feel like life i's catching up

-Estudiaste?. -Estudiaste, trabajaste, creciste, cogiste, leiste, te divertiste, sufriste..., viviste! Qué importa como?

Sabias palabras de una puta en el film El lado oscuro del corazón; en donde cuenta la historia de Oliverio, un poeta argentino que gusta mucho de Benedetti y que está en busca de la mujer que vuela...

La poesía siempre ha sido parte de nosotros de una manera u otra, ya sean niños aprendiendo a declamarle a un árbol, poetas adolescentes torturados, románticos empedernidos, poetas de corazón o de profesión, pero es claro que en esta vida algo que siempre nos inundará sera la poesía.

Esta tarde me puse a meditar un poco, a desenterrar viejos recuerdos, a sentir como la vida corría por esa enorme pantalla blanca detrás de mis párpados, y cada momento, cada palabra, cada caricia, cada suspiro había sido convertido en poesía. No diré que en la más hermosa, ni en la más histórica, pero si dejó al desnudo un par de sentimientos que desconocía y que aguardaban pacientemente a ser descubiertos.

Y si, me dí cuenta de que había sentido cosas cuya existencia era nula, me dí cuenta de que al pasar del tiempo me había transformado en algo más y que por instantes llego a olvidar las cosas más básicas de a vida, de repente me olvido que una caricia y unas cuantas palabras en el momento indicado pueden hacer muchísimo más que unas cuantas pastillas de hierba de san juan... recordé lo inútil que es enojarse con la gente con la que quieres, al fin y al cabo todos tenemos errores... recordé lo poco que vale llorar por alguien que se fué mientras todos los demás siguen a lado, sin contar que probablemente todo el ambiente esté impregnado de la persona a la que se extraña...

La vida con closet de juguete Vol. 1


Pues bien, esta mañana desperté con unas ganas increibles de escribir, sólo que no sabía cuál podía ser el título de la entrada hasta que mi madre abrió una de mis ventanas mentales para uso excusivo de mi iluminación: que ha pasado con mi vida desde que abrí la puerta del closet para que pudieran asomarse...




Recordando los hechos, si bien supe que la gaycisidad era lo mero mero para mí desde que era niña y veía Xena en la tv, el proceso de aceptarme y hacerles saber a mis prójimos que onda no era lo que yo llamaría piece of cake, pero hasta eso casi todo resultó ser mucho más fácil de lo que esperaba.




Pues bien, fué a los 17 años que me fajé mis pantaloncitos y me dije que ya era hora de dejarme de jaladas y afrontar de una vez por todas que tenía jotigenes en la sangre, so, como no sabía mucho de muchas cosas, empecé a buscar información aceca del tema, asi que ya saben, devoré el clásico de Mamá, Papá soy gay, La nueva homosexalidad, Más que amigas, los informes de Kinsley, poesías, revistas, etc... Y todo lo que aprendí acerca del tema y de muchos otros más temas abrió mis horizontes lo suficiente como para ahora arremangarme mis pantaloncitos y empezar a experimentar, así que por un corto periodo de tiempo iba a zona, pero no tanto a los bares, sino a los cafés, restaurantes, librerías, cine... y después empecé con los bares.




La primera vez que me paré en uno fué una mezcla de muchas cosas, obvio estaba la clara paranoia que me acompañaba cada vez que iba a un lugar gay nuevo con el clásico "y si alguien me vió?","y si uno de los espías de mi madre le cuenta?" (paranoia real causada por años de adolescencia llenos de conocidos chismosos de mi madre que siempre le decían con salto y seña que tanto hacía en la escuela, dentro y fuera de ella), "y si...?", un sin fin de pensamientos locos. Por suerte, esa primera vez me acompañó mi queridísimo Mister M, que no es gay pero estuvo dispuesto a apoyarme en este nuevo descubrimiento; no estuvo mal, nos tomamos unas chelas, vi que el ambiente era mayormente adolescente, así que no me preocupé mucho por que se notara que en eso era pollo y, para mi sorpresa, Miser M terminó siendo acosado por tres tipos mientras que yo estaba en la baba viendo a la DJ trabajando, gages del oficio de ser mi amigo, soy como su ambuleto, pero en fin...




Después del periodo de prueba en el que debía comprobar si este asunto el ambiente me sacaba de onda o no, descubrí sin asombro que me sentía cómoda con todo lo que había visto y aprendido, así que la hipótesis, recopilación de información y experimentación estaban oficialmente tachados de mi lista, así que el paso siguiente era decirles a mis compadres, amigos y después... a mi familia.





El fin de año más activo de mi vida

Normalmente, el fin de año en casa es una de las épocas más tranquilas (por no decir que de más pereza) en casa. No platicamos, no salimos, no compartimos momentos memorables ni mucho menos; más bien nos dedicamos a ignorarnos, Kit y yo nos la pasamos viento tv o platicando, ayudamos cuando nos lo piden y ya. En Navidad vamos a casa de mis padrinos y seguimos con la misma tranquilidad, el alcohol no los alborota, no hay escándalo mi música estridente, no hay promesas ni abrazos ebrios, simplemente disfrutamos de la compañía junto a una buena plática de vez en cuando mientras la mitad de la familia cena en la mesa, la otra mitad (que normalmente se compone de los que no pasamos de 30 años) se queda en la sala contemplando cualquier cosa que esté en el televisor, ya sea programa, película, video.... Hasta que dan las 12. Es entonces cuando las tías unen a toda la familia para que las acompañemos (por lo menos físicamente) en sus rezos y otras "divertidas" costumbres, como arrullar al niño, pedir posada, seguido de los abrazos, los buenos deseos, etc... Terminando todo eso, seguimos cada quien a los suyo, siguen cenando, sirven ponche, buñuelos o cualquier cosa para tenernos entretenidos hasta que llega la hora de irnos que es aproxiamadamente a las 3 ó 4 de la madrugada, en la que ya casi todo el mundo está somnoliento y sólo quieren llegar a casa para quitarse todo el cansancio acumulado durante el día en que seguramente prepararon todo su ritual de cena y arreglo personal...

Si, suena aburrido, bastante diría yo, pero lo único que puedo escribir es que a pesar de todo lo inactivo que pueda parecer, o toda la hueva que puede provocar, siempre había un elemento, un algo en esa reunión que provocara que se sintiera cierto calor anti-grinch, esa casa estaba inundada de cariño y respeto, es posible que parezca aburrido el no ponerse hasta la madre y dedicar canciones al aire, pero es muy gratificante el sentir que cuando en esa casa se dicen: -te quiero-, es por que lo sienten, o por lo menos yo sí lo sentía, y eso era lo que le daba un poco de significado a esa noche.

Este año hubo cambios, cambios completamente inesperados que provocaron un giro este fin de año... En Junio del año pasado, la anfitriona de la casa en la que siempre se celebran fechas importantes, falleció. Ella era mi tía, mi madrina más bien; con ella siempre hubo una conexión muy especial puesto que no sólo era sangre lo que nos unía, sino un profundo cariño, que hasta ahora todavía se siente en el aire. Pero en fin, esta Navidad la celebramos en el mismo lugar; Kit y yo sabíamos que podía ser un poco tenso por que todo seguía siendo muy reciente y la tristeza estaba muy lejos de desvanecerce.

La noche del 24 llegó, nos preparamos para salir y un rato depués llegamos al lugar donde la celebración ya había empezado... casi todo fué igual, excepto que esta vez hubo más tristeza de la esperada.

El día después de tan maravillosa reunión, Kit y yo nos quedamos en Narnia sólo viendo pelis en pj por que después Kit debía regresar a su casa para continuar celebrando su fin de año. Sin embargo algo inesperado pasó: mis padres me dejaron irme con ella para regresar hasta la víspera de fin de año!

Sin lugar a dudas, este fin de año fué muy distinto comparado con los que componen mi pasado. Tuve la oportunidad de ver a mis amigos entre ellos Max y Mister M con el que me quedé en su casa bebiendo por el fin de año y platicando hasta las 7am del siguiente día. Salimos, nos divertimos, platicamos, nos burlamos, nos aconsejamos, saltamos del metrobus, fuimos a pink zone, a Coyoacán, cantamos, reimos, ligamos.... Hacía tanto que no me divertía así que ese lapso de tiempo me hizo sentir verdaderamente viva.

El 30 me quedé con Kit y no ví a nadie más, quise quedarme con ella, mi familia, antes de volver a la locura del siguiente año en Narnia y fué bastante entretenido, nos quedamos en su casa viendo unas series, después fuimos a Coyo, comimos, fuimos por unas pelis y unos libros al sótano para empezar el año con nuevas adquisiciones y terminamos en plaza para ver La Brujula Dorada (aunque sea clasificación A y yo ya tenga 20 años me pareció bastante entretenida y muy interesnte).

Al día siguiente, dejamos todo en orden y regresamos la locura... Pero este fin de año jamás podrán borralo de mi memoria, así como tampoco la sonrisa involuntaria que se asoma en mis labios cada vez que lo recuerdo.