La vida con closet de juguete Vol. 1


Pues bien, esta mañana desperté con unas ganas increibles de escribir, sólo que no sabía cuál podía ser el título de la entrada hasta que mi madre abrió una de mis ventanas mentales para uso excusivo de mi iluminación: que ha pasado con mi vida desde que abrí la puerta del closet para que pudieran asomarse...




Recordando los hechos, si bien supe que la gaycisidad era lo mero mero para mí desde que era niña y veía Xena en la tv, el proceso de aceptarme y hacerles saber a mis prójimos que onda no era lo que yo llamaría piece of cake, pero hasta eso casi todo resultó ser mucho más fácil de lo que esperaba.




Pues bien, fué a los 17 años que me fajé mis pantaloncitos y me dije que ya era hora de dejarme de jaladas y afrontar de una vez por todas que tenía jotigenes en la sangre, so, como no sabía mucho de muchas cosas, empecé a buscar información aceca del tema, asi que ya saben, devoré el clásico de Mamá, Papá soy gay, La nueva homosexalidad, Más que amigas, los informes de Kinsley, poesías, revistas, etc... Y todo lo que aprendí acerca del tema y de muchos otros más temas abrió mis horizontes lo suficiente como para ahora arremangarme mis pantaloncitos y empezar a experimentar, así que por un corto periodo de tiempo iba a zona, pero no tanto a los bares, sino a los cafés, restaurantes, librerías, cine... y después empecé con los bares.




La primera vez que me paré en uno fué una mezcla de muchas cosas, obvio estaba la clara paranoia que me acompañaba cada vez que iba a un lugar gay nuevo con el clásico "y si alguien me vió?","y si uno de los espías de mi madre le cuenta?" (paranoia real causada por años de adolescencia llenos de conocidos chismosos de mi madre que siempre le decían con salto y seña que tanto hacía en la escuela, dentro y fuera de ella), "y si...?", un sin fin de pensamientos locos. Por suerte, esa primera vez me acompañó mi queridísimo Mister M, que no es gay pero estuvo dispuesto a apoyarme en este nuevo descubrimiento; no estuvo mal, nos tomamos unas chelas, vi que el ambiente era mayormente adolescente, así que no me preocupé mucho por que se notara que en eso era pollo y, para mi sorpresa, Miser M terminó siendo acosado por tres tipos mientras que yo estaba en la baba viendo a la DJ trabajando, gages del oficio de ser mi amigo, soy como su ambuleto, pero en fin...




Después del periodo de prueba en el que debía comprobar si este asunto el ambiente me sacaba de onda o no, descubrí sin asombro que me sentía cómoda con todo lo que había visto y aprendido, así que la hipótesis, recopilación de información y experimentación estaban oficialmente tachados de mi lista, así que el paso siguiente era decirles a mis compadres, amigos y después... a mi familia.