De regreso a la conocido


Generalmente trato de encontrar nuevos sabores en mi vida, nuevas texturas, nuevos olores, nuevos deleites que atrapen mis sentidos... Sin embargo el día de hoy, así como en otras ocasiones, ha tenido otro tipo de despertar a mis sentidos.

Hoy en la mañana tuve el gusto de desayunar con mis padres, a los que si bien la cocina no es su pasión, es parte de su vida y tratan de hacerla lo más apetecible que les es posible. Han habido ocasiones en donde al estar en su casa y al darme un cafecito de grano preparado como me gusta me hace sentir esa familiaridad que en ocasiones hace falta. La diferencia es que hoy trajeron esa calidez a mi hogar: Mi señora madre preparó unas pechuguitas empanizadas de pollo, con el toque de almendras y pan crujiente propio de ella... Mis sentidos experimentaron el regreso de ese sabor tan familiar que tantas veces acompañó mis tardes de infancia o mis extravagantes antojos de adolescencia, volví a sentir ese cariño en su cocina, volví a ver ese recuerdo en el que nos sentábamos a la mesa mientras el Hue, Juany y mi Mamá platicaban del día...

Ah! que bellos recuerdos... todo lo que puede hacer una sencilla pechuga empanizada.

2 comentarios:

La Rumu dijo...

Te pasó igualito que al malo de Ratatouille cuando prueba una sopa que le recuerda su infancia.
¿Extravagantes antojos adolescentes? jaja, no mientas, esos huevos fritos de madrugada eran requeridos desde que eras un sierpe muy pequeña.

Sierpe dijo...

jajaja tal vez eh! ahh extraño esos huevos estrella a las 12 de la noche